“Desde la adopción de las políticas neoliberales abiertamente extractivistas, en el cambio de siglo, los territorios que las poblaciones y las comunidades habían ido construyendo históricamente, comenzaron a ser reconfigurados por la intervención de la dinámica de despojo, caracterizadas por la extracción y aniquilamiento de los bienes naturales y la ruptura de los tejidos sociales. El estado de Guatemala ha actuado protegiendo los intereses de estas empresas hidroeléctricas, mineras, petroleras, la industria del azúcar y otros”.