Después de “colarse” en el Banco Industrial y de ascender en sus mandos medios Diego Pulido llego al liderar una corporación Financiera que se convirtió en el ícono más importante de la banca Centroamericana.
Su liderazgo, y hoy su legado, se extiende mucho más allá del que se le reconoce como banquero. Con pasión y determinación formo a miles de profesionales y promovió desinteresadamente la educación, la cultura y el deporte, labor que lo hizo acreedor de la medalla Pierre de Coubertin- la primera otorgada por el Comité Olímpico Internacional a un Latinoamericano.