El ganges, el famoso río celebrado por los indios antiguos y modernos, cuyas aguas se consideran sagradas en aquel país, después de regar las níveas montañas del Himalaya y las ricas provincias de Sirínagar, Denté, Odhe, Bahare y Bengala, a unas doscientas veinte millas del mar, se divide en dos brazos, formando un delta gigantesco, intrincado, maravilloso y tal vez único. La imponente masa de las aguas se divide y subdivide en multitud de riachuelos, canales y canalillos, que cortan de mil modos la inmensa extensión de tierras ceñidas por el Hugli, el verdadero Ganges, y el golfo de Bengala. Y de esto proceden infinidad de islas, isletas y bancos que, ya cerca del mar, reciben el nombre de Sunderbunds. Nada más desolado, más extraño, más horrible, que los Sunderbunds. Ni ciudades, ni aldeas, ni campiñas, ni una sola guardia; de Sur a Norte, de Este a Oeste, no se descubren más que inmensas plantaciones de bambúes espinosos, unidos los unos a los otros, cuyas altas copas ondean al soplo del viento, infestado por las hediondas emanaciones de millares y millares de cuerpos humanos, que se descomponen en las venosas aguas de los canales.
- Editorial Porrúa #554
- Colección "Sepan Cuantos"
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