Ningún país hispanoamericano ofrece una tradición de literatura indianista más continuada que Santo Domingo. Tradición cíclica, iniciada por Las Casas que alcanza vértice y final al mismo tiempo la novela Enriquillo. Este amor por las tradiciones indígenas que lleva a los escritores dominicanos a su aprovechamiento más o menos artístico en el drama, poesía y la novela, trasciende a la, escultura: Abelardo Rodríguez Urdaneta modela un Caonabo rebelde y bello al descubrir el significado de los grillos con que acaban de aprisionarlo. El mismo Rodríguez Urdaneta nos decía cómo a tener más estímulo en su arte, hubiera también llevado a la plástica dos temas de gran dramatismo: Anacaona camino del suplicio, y la muerte de Guaroa, este último inspirado en un pasaje de la novela de Galván.
- Editorial Porrúa #311
- Colección "Sepan Cuantos"
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