
"El arbitraje se ha convertido en un proceso cosmopolita de aplicación efectiva universal para la resolución de controversias. Tiene su fuente y justificación en la autonomía de voluntad de las partes en un contrato. Su característica radica en la designación voluntaria e una persona o de un colegio encargado de proporcionar una solución jurídica y ejecutable al litigio que oponen los contratantes".