Además de ser la historia de su conversión al catolicismo, estas Confesiones escritas desde el exilio y en el umbral de la vejez, más que una autobiografía, son una apología -impregnada de cierta soberbia- que Rousseau hace de sí mismo, de su vida, de su personalidad y de su filosofía, ante la gran cantidad de detractores de su época, entre los que se encontraba Voltaire, que le señalaban de manera feroz sus contradicciones, que juzgaban con la misma inquina su pensamiento y sus tropiezos morales como hombre. El genio francés, en un ejercicio de expiación y de consciencia, escribe acerca de las enseñanzas que le han dejado las heridas de su agitada vida, de sus pasiones domadas y de sus vicios sucumbidos, del camino espinoso que ha tenido que sortear su alma, con el objetivo, según escribe, de que el lector pueda a través de esta voz retrospectiva encontrar una luz que lo alumbre en su búsqueda por descubrir su propio reflejo.
- Editorial Porrúa #470
- Colección "Sepan Cuantos"
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