Marco Tulio Cicerón es la personalidad más completa y multiforme de su época, hasta el punto de que se le ha considerado digno de prestar su nombre a la edad en que le tocó vivir .Cicerón su profundo e innegable instinto trató de reunir y de fundir en sí los más variados aspectos del hombre de sus días: los del hombre práctico que, consciente de los antiguos deberes hacia la res publica, jamás pensó en sustraerse a la acción, y los del hombre teórico, al que urgían las nuevas ocupaciones del espíritu, las crecientes necesidades intelectuales en sus más varias manifestaciones. De ahí que fuera estadista y orador, cuidadoso del bien hablar y del bien escribir, poeta, filósofo, erudito. Fue también, y, sobre todo, hombre de "cultura" de una cultura que supo promover .al máximo en un sentida universal: en el sentido de que, eliminando todas las etapas intermedias, superando los antagonismos entre el helénico y el romano, liberándose de las angustias de una mera imitación alejandrinizante, debía acoger sin cortapisas los bienes espirituales del helenismo y desarrollarlos y difundirlos cada vez más por el camino abierto por la tradición y el poderío de Roma. Para percatamos cabalmente de la Personalidad de Cicerón no tenemos más remedio que reflexionar acerca de los dos extremos en que se movió su vida y su obra: otium y negotium, pensamiento y acción, porque de ahí depende sustancialmente cualquier disparidad y ambigüedad de juicio en tomo al orador romano, propendiéndose, por lo general, a menospreciar o condenar al hombre de pensamiento a causa del hombre de acción y al hombre de acción a causa del hombre de pensamiento.
Editorial Porrúa
Colección "Sepan Cuantos"