Calderón de la Barca cuyas ideas teológicas y filosóficas son del abolengo clásico y, sobre todo, medieval, ha sido llamado el dramaturgo de la escolástica. Sus Autos Sacramentales aparecen como una original e impresionante realización de ulteriores posibilidades implícitas en el género; se muestra profundo conocedor del teatro anterior. Tiene muy en cuenta el material que le ofrece la tradición. Lo somete a un minucioso escrutinio, perfecciona las fórmulas dramáticas y, siguiendo nuevas pautas, escribe obras que se distinguen principalmente por un estilo culto, una gran claridad de estructura, un efecto teatral intenso y una relación estrecha con la Eucaristía. La intención estrecha de Calderón es pastoral; orientar la conducta del cristiano.
- Editorial Porrúa #331
- Colección "Sepan Cuantos"
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