Para el jurista tienen gran importancia las tres fases del tiempo el pasado, referido por la historia, maestra de la experiencia, descubren el origen de muchas instituciones, sus éxitos y fracasos y las causas que lo han provocado, se comprenden he interpretan y se aplican con mayor exactitud. Del presente, toma como base la realidad política, social y económica reinante, a fin de proponer nuevas leyes o interpretar las vigentes. Encarando el futuro, procurando que el fruto de esta ardua labor perdure, tal como se ha perennizado en el derecho romano, simbolizado por el personaje mítico de dos caras (Jano), una de las cuales penetra en el pasado y otra en el futuro.
Editorial Hispamer, 2ª Edición, Nicaragua, año 1998, 445 Páginas.